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Jueves, 24 Marzo 2016 08:38

Aclaraciones sobre el certificado de actividades

El certificado de actividades, documento que justifica la ausencia de datos que “por razones objetivas” no se han podido introducir en el tacógrafo, se ha convertido en un nuevo quebradero de cabeza para los transportistas.

Al primer certificado de actividades (leave letter) se le dio forma en abril de 2007 pero en diciembre de 2009 se modificó añadiendo tres supuestos más (estuvo de permiso o descanso, efectuó un trabajo distinto del de conducción, estuvo disponible) a los inicialmente contemplados (estado de baja por enfermedad, de vacaciones o que hubiera conducido otro vehículo que no estuviera obligado a llevar tacógrafo). En el pleno del departamento de mercancías del Comité Nacional que se celebró a principios de abril, desde la Dirección General de Transportes Terrestres se reconoció que estaban recibiendo un número muy alto de consultas sobre este certificado.

Desde la CETM se plantearon a Fomento una serie de cuestiones sobre la aplicación de este documento. Las indicaciones recibidas se pueden consultar en el número 291 de Transporte Profesional.

Los problemas vienen por varios frentes. Por una parte, antes de iniciar el viaje, por la confusión a la hora de señalar el motivo que ha dado pie a que no haya registros del tacógrafo. Por otro, el celo excesivo que ponen algunos agentes, que redactan boletines de denuncia cuando no corresponde, como por ejemplo, sobre un descanso semanal habitual.

Para que el certificado de actividades sea válido, todos los campos deben cumplimentarse a máquina, y se debe firmar antes de iniciar el viaje, tanto por el representante de la empresa como por el conductor. Cuando se trate de un conductor autónomo, éste tiene que firmar dos veces, una como representante de la empresa y otra como conductor.

El formulario no puede ir firmado de antemano ni alterarse con anotaciones a mano. El mayor inconveniente se da cuando el motivo que origina la necesidad de contar con un certificado de actividades se produce durante un viaje y el conductor no pasa por la oficina. Esto está suponiendo que las empresas preparen varios documentos antes de iniciar el viaje, por si fuera necesaria su utilización, sobre todo cuando el retorno no está claro.

En los momentos actuales, en los que ha bajado tanto la actividad, supone tener que realizar más papeleo y certificar que se ha estado parado porque, por ejemplo, no había trabajo. En definitiva, un nuevo quebradero de cabeza que añadir a la larga lista de inconvenientes a los que tienen que hacer frente los transportistas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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